La primera tentativa de levantar un embalse en el estrecho de Puentes se remonta en los albores del siglo XVII, aunque no fue hasta 1647 cuando se empezó su construcción, pero una avenida del río arruinó lo ya hecho. Fue en 1785, tras varios años de baldíos esfuerzos y gastos, cuando definitivamente se acometió la construcción de dos embalses reguladores, Puentes y Valdeinfierno, gracias al papel de Floridablanca, Secretario de Estado de Carlos III, y de su cuñado Antonio Robles Vives, comisionado regio de las Reales Obras, ambos realizados bajo la dirección de Jerónimo Martínez de Lara. El de Puentes, con capacidad de 60 hectómetros cúbicos, se enclavó en la confluencia de los ríos Vélez y Luchena, concluyéndose definitivamente en 1791. La rotura del pantano acaecida el 30 de abril de 1802 fue un hecho de funestas consecuencias que afectó principalmente a los barrios de San Cristóbal y Santa Quiteria y produjo numerosas víctimas. Tras esta catástrofe, bastantes años después se planteó su reconstrucción, que se aceleró tras la trágica riada de Santa Teresa de 1879. Obra del ingeniero Prieto y Caules, la nueva presa quedó situada 200 metros más debajo de la primitiva, y en 1881 se colocó la primera piedra.
En 1990 se redactó por técnicos de la Confederación Hidrográfica del Segura el proyecto de la que será la cuarta presa de Puentes. La nueva presa, inaugurada en el 2000, se localiza hoy donde existieron las dos primeras, aguas arriba de la preexistente, que se conservó como importante monumento hidráulico.
A unos 50 m. sobre la confluencia de los ríos Luchena y Corneros encontramos restos del castillo de Puentes, con diversos tramos de muralla de tapial jalonada por tres grandes torreones. En 1257 el castillo de Puentes, junto con el de Felí, fue donado por Alfonso X a la ciudad de Lorca. Esta fortaleza que dominaría un amplio espacio rural durante época islámica, hay que acceder a pie.
